Para comenzar nuestra andadura sobre la saga Outlast me voy a remontar a unos pocos de años atrás. Exactamente nos vamos a mover hasta el año 2002 en Europa. Ese año que para muchos nos obsequió con el cambio más importante que hayamos conocido (el dejar atrás nuestra añorada peseta por el euro, nuestra actual moneda), para un joven de 23 años como era mi caso, transcurría con la normalidad típica de una persona que estudiaba y trabajaba. Pero, a finales de año, un evento en forma de juego cambió mi devenir sobre el genero que más me gustaba, el Survival Horror.
El 13 de diciembre de 2002 se estrenaba en el viejo continente Project Zero. Si explicamos su temática todos podríamos decir que no deja de ser igual que muchos juegos de esa índole. Pero, ¿Cuál era su peculiaridad? Aquí no se trataba de matar a cualquier persona / cosa / monstruo que se nos pusiera por delante. No se mataba, si no que se capturaba con la cámara que llevabas y en cierta manera, desaparecía. El juego resultó ser un gran éxito que genero secuelas que, pese a que personalmente no me gustaron tanto como la primera, tuvieron una gran acogida.
Red Barrels nos devuelve al 2002
Años después de mi experiencia con Project Zero. Nacía una compañía que a la postre, será la madre de la criatura de la que hablamos. Red Barrels nacía gracias a tres ex trabajadores de dos de las compañías mas importantes de nuestra generación, Ubisoft Montreal y EA Montreal. ¿Sus nombres? David Chateauneuf, Hugo Dallaire y Philippe Morin. Ellos crearon la empresa en el año 2012 y, como buenos amantes del género, comenzaron a pensar en el argumento para su primera incursión en el mundillo bajo su nuevo sello. Este no sería otro que Outlast, un juego que un año después de la creación del estudio hacía su aparición para PlayStation 4 y PC primero y posteriormente daría el salto a Xbox, el sistema linux y finalmente a Nintendo Switch.
Cómo sobrevivir al Asilo del terror
Centrémonos en el juego en si. El argumento no viene a ser mucho mas diferente que el de muchos juegos de este tipo. Nos pondremos en la piel de Miles Upshur, un periodista que recibirá un correo de un informante anónimo, el cual nos contará sobre unas instalaciones psiquiátricas ubicadas en el monte Massive, y sobre sus temores en relación con las investigaciones y experimentos que están llevándose a cabo en las mencionadas instalaciones de Sistemas psiquiátricos Murkoff. Nuestro protagonista junto a su fiel videocámara, guiado por su espíritu aventurero y periodístico llegará finalmente hasta el manicomio del monte Massive, lugar en el cual comenzará a investigar todo lo acontecido años atrás descubriendo cosas de lo más escalofriantes y perturbadoras.
Como ya hemos citado antes, nosotros controlaremos a un periodista es decir, una persona sin formación militar o policial ni tampoco a un experto en el cuerpo a cuerpo. Llevamos simplemente a un tipo indefenso cuya única “arma”, si podemos llamarlo asi, es una videocámara con la que podrá filmar lo que encuentre a su paso, y beneficiarse de la visión nocturna de esta. Eso sí, las baterías de la cámara se gastan mas ligero que Usain Bolt corriendo los 200 metros, así que vamos a tener que intentar usarlas con la máxima prudencia… aunque sea complicado.
Si consigues juntar la oscuridad o una escasa iluminación a través de una visión nocturna, donde ves poco más que lo que tienes prácticamente delante de ti, y a esto le sumamos cosas como cadáveres, vísceras, sangre, cortinas meciéndose en la penumbra al son del viento del exterior y locos asesinos con ganas de echarte el guante, tenemos ante nosotros un coctel perfecto para que un juego de terror sea todo un éxito, y no hace falta decir que Outlast lo fue. Es un magnífico título de terror que no es el típico juego de miedo. Aquí no disparas contra cada enemigo que sale a tu paso, sino que sentimos la completa indefensión de nuestro personaje, que se encuentra con toda clase de horrores en un edificio lleno de dementes. ¿Cuáles son nuestros recursos para evitar ser asesinado? Correr y esconderte.
La secuela que dio por terminada la saga… por ahora
Red Barrells abogó por seguir con la máxima de «si algo funciona, no lo toques». Para ello puso a trabajar a su equipo en una segunda entrega que siguiera poniendo los pelos de punta. Outlast 2 llegaba en el año 2017 para todas las plataformas excepto para Switch, que llegaría al año siguiente. El título, si bien no llegó a cosechar el mismo éxito que su antecesor, no salió mal parado en cuanto a ventas.
¿El argumento? pues parecido a lo que ya conocemos. Aquí seguimos a los periodistas de investigación Blake y Lynn Langermann a lo largo de su viaje por el desierto de Arizona. Su misión es informar sobre la historia de homicidio de una joven víctima. El nombre de la misma es Jane Doe (Doe es el apellido que se le ponen a los desconocidos al otro lado del charco). Después de un accidente de helicóptero bajo circunstancias sospechosas, la pareja se separa y se encuentran tirados en un misterioso hogar de culto sádico. Bajo esa premisa, Blake se adentra en este poblado con la intención de encontrar a su mujer desaparecida.
Para ello tenemos las mismas herramientas que en la primera entrega, nuestra fiel cámara y poco más. Lo que si podemos decir es que este título, a diferencia del anterior, tiene un mundo mas abierto. Deberás aferrarte a la vida en el medio de laberintos de campos de maíz, bosques misteriosos y mataderos. En pocas palabras, tenemos una sensación de mas profundidad pero sin dejar de ser «lineal».
Con ellos tenemos un título de lo más atractivo y que no desmerece a Outlast. El juego intenta aumentar la experiencia consiguiendo un mundo abierto mucho más amplio y diverso, un protagonista más atractivo y unas nuevas mecánicas inventivas. Por contra seguramente no estemos de acuerdo con algunos apartados del mismo. Gráficamente no mejoró prácticamente nada y su apartado técnico quedo un poco «desfasado».
Gracias por devolverme a aquel 2002
¿Que conclusión saco sobre esta corta pero intensa saga?. Que todo amante de los Survival Horror no pueden dejar estos dos títulos de lado. Porque refrescó un género que siempre era matar matar y matar. Porque la ambientación, la luz y el sonido le da a Outlast el grado de tensión necesario. Y sobre todo, por haber hecho que un hombre de 33 años volviera a ser ese chico de 23 años que se enamoró con este tipo de juegos. Y lo volví a hacer. Puede que haya gente que prefiera mas la acción que el sigilo, pero creo que no deberían dejar de pasar la oportunidad de probarlo. Y a vosotros, ¿Qué os han parecido estos dos títulos?. Esperemos que si hay una tercera entrega, mi corazón este para aguantarlo….